Cross Gene

Turn Your Face | End

septiembre 01, 2017

Aquel lugar turístico se encontraba con personas paseando con los pies descalzos y niños jugando al alrededor a pesar de la hora que era, el sol se empezaba a ocultar ofreciéndole un paisaje único que admirar con el bullicio de la gente. Se sentía como una persona normal y corriente, aunque tuviera que colocarse una gorra, unas gafas oscuras y barbijo para cubrir su boca, aquella era la única manera de pasar desapercibido y ser identificado por los estudiantes que caminaban en grupos riendo por la carretera.

Seyoung bajó de su bicicleta y la apoyó en un poste cercano para admirar más de cerca aquel atardecer bello que le ofrecía el día. Siempre le había gustado salir cuando el cielo empezaba a oscurecerse a dar un paseo, observar a las familias compartir y oír las olas del mar chocando contra sí.

— Ojalá todo se solucione cuando regrese —no pudo evitar murmurar solo al recordar lo que estaba ocurriendo con sus compañeros.

Si expresaba su opinión de todo el drama que estaba ocurriendo, Shin podría haberles ahorrado aquel sufrimiento a todos sin tan sólo hubiera aceptado la inexplicable atracción y deseo que sentía por Yongseok.

Al principio creyó que se trataba de fascinación, tentación y quizás hasta algún capricho por el comportamiento que recibía por parte de Takuya, pero mientras más los observaba de cerca sin opinar nada, podía notar que lo que había en los ojos de ambos comenzaban a crecer inexplicablemente. Y mientras Yongseok lo reconfortaba, Shin se negaba aceptar que el gusto que sintió al principio por su amigo había evolucionado a un sentimiento amoroso.

¿Cómo era posible que Shin no notara que Yongseok también reprimía sus sentimientos por su felicidad?

¡Hasta él notaba que ambos se correspondían!

Un golpe seco en su cabeza lo sacó de sus pensamientos, a su izquierda rodó una pelota roja deteniéndose en la rueda trasera de su bicicleta.

— Disculpe señor, ¿podría devolverme mi pelota? —un niño de aproximadamente seis años se acercó a su lado, con un sombrero café en su cabeza.

— Claro, sólo ten cuidado con golpear a otras personas —sonriendo le devolvió aquel balón para verlo correr hacia la arena y acercarse a su familia para seguir jugando— Todo es más fácil y sencillo cuando eres más pequeño —susurró al aire sin dejar de observar a aquella familia con dos niñas corriendo tras la pelota— Sólo espero que Yongseok no resulte herido.

Lo último que quería saber era que su amigo fuera rechazado por las inseguridades y confusiones de Shin. Los apreciaba a ambos, pero si tuviera un lado que elegir sin duda sería un hombro en el cual podría reconfortarse Yongseok, después de todo había notado su tristeza y depresión de amor por meses, aunque él no le haya contado nada hasta hace poco.

Muy lejos de aquel turístico lugar familiar, en una sala donde el silencio reinaba entre dos sillones ocupados, estaban Shin mirando sus manos sin saber que decir. Después de la pregunta sorpresiva que le había lanzado a Yongseok, se disculpó por su falta de tacto y haber sido directo con él, por lo que tras mirarse durante minutos y ninguno decir nada, lo único que se le ocurrió en ese momento fue que debían buscar un mejor lugar en donde pudieran conversar tranquilamente. Lejos de las habitaciones de los demás y a solas.

— Yo... —empezó a decir sin dejar de jugar con sus dedos, no quería encontrarse con la mirada del menor pues de alguna manera sentía que se perdía en sus penetrantes ojos y las palabras morían en sus labios sin que pudiera decir algo coherente o peor aún, que fuera una vez más directo— Realmente no sé por dónde empezar Yongseok —suspiró sin dejar de jugar con su anillo anular— Yo no sé... ¿cuándo fue que tu...? ¿cómo es que...?

Sentía que se ahogaba con las palabras atoradas en su garganta, el hecho de que Yongseok estuviera en silencio aumentaba su nerviosismo y que su cuerpo comenzara a subir de temperatura.

— ¿...me enamoré de ti? —Shin alzó finalmente para encontrarse con el menor que lo miraba directamente. Las palabras salieron tan decididas de sus delgados labios que un cosquilleo le recorrió la espina dorsal al confirmar los sentimientos que le profesaba— Es difícil de explicar.

Yongseok observó cómo su amigo no dejaba de jugar con sus manos o como hacía girar su anillo en su dedo para calmar su ansiedad y nervios, quizás. Conocía a Shin, particularmente el mayor siempre era muy alegre y lleno de energía, comenzando una conversación y diciendo lo que pensaba primero, pero en ese momento aquella persona positiva y segura de sí misma no se encontraba en aquella habitación.

— En realidad no lo sé —comenzó a decir soltando un suspiro— Es decir, cuando nos conocimos solo me pareciste una persona atractiva y muy interesante por tu forma de ser, me intrigabas demasiado y cuando tu relación con Takuya comenzó a decaer fue cuando más nos acercamos...

— Entonces cuando te contaba sobre como sentía respecto a su falta de interés, ¿tú ya estabas...? —Shin volvió a tragar duro, odiaba que nuevamente quedara sin decir lo que realmente quería expresar.

¿Por qué le costaba decir en palabras que Yongseok estaba enamorado de él? ¿A qué le tenía miedo?

— Antes de que comenzaras una relación formal con él, yo sabía que te quería para mí Shin —el nombrado abrió los ojos en demasía, sorprendido por tan firmes palabras hacia él. Quizás lo había asustado un poco al decirlo aquello— Quiero decir, estaba por confesarme.

— ¿Y por qué no lo hiciste? —exigió saber sin dejar de observarle los ojos. Yongseok lograba atraparlo con aquella mirada misteriosa que tenía, si antes nunca pudo leer o anticipar lo que pensaba el menor, ahora más que nunca no podía entender que era lo que sentía en ese momento— Quizás si lo hubieras hecho ninguno hubiera salido herido y nosotros...

— ¿Nosotros?

— Yo...

— Quería decirte mis sentimientos —Yongseok continuó al verlo bajar la mirada al suelo sin saber que explicación dar a aquel «quizás», le daría tiempo para que procesara y aclarara su confusión. Después de todo hace poco había roto su relación con quién creía era para él— Pero me acobardé muchas veces al notar que tu atención solo estaba fija en él y entonces un día me desperté con el coraje suficiente para decírtelo, pero ya era tarde. Ya estaban juntos.

— Y aún después de todo eso, estuviste ahí para escuchar todas mis quejas y desahogados sobre cómo me sentía al estar en una relación donde el novio no me prestaba nada de atención —aquella frase se quedó grabada en la mente de Yongseok. ¿Realmente había sido masoquista? Mientras más se repetía en sus pensamientos, más admitía que había sido un cobarde por rendirse sin declarar batalla— Dios, me siento estúpido y la peor persona del mundo.

— No digas eso Shin, eres la persona más honesta, amable y gentil que conozco. No tienes la culpa de que yo fuera cobarde y no pelearía por ti.

— ¿Cómo puedes decir cosas tan agradables sobre mí cuando yo...?

— Porque te amo —Shin dejó de hablar al escucharle. Era la primera vez que se lo decía en todas sus letras, sintiendo el golpe de todas las palabras que representaba aquella frase, sus orejas comenzaban a calentarse al igual que sus mejillas— Me siento mejor al por fin decirlo.

Un breve silenció inundó la habitación durante unos segundos, y mientras sentía que el tiempo pasaba lentamente, la ansiedad de Yongseok de escuchar alguna palabra por parte del mayor subía como una montaña rusa.

— Lo lamento —entonces aquellas palabras lo derrumbaron al sentir como la cálida mano de Shin se deslizaba lentamente sobre la suya para acariciarla— Lamento todo Yongseok. Si hubiera sabido cómo te sentías no habría estado contándote como me sentía respecto a mis problemas con Takuya, debió ser difícil para ti escucharme hablar todo el tiempo de él.

— No realmente —dijo apenas sintiendo como el aire comenzaba a faltarle debido a las palabras anteriores. ¿Podría ser que Shin no estaba seguro de corresponderle? Quizás habría estado todo el tiempo confundido con sus sentimientos y solo sentía amistad, y hasta quizás admiración por él— Yo... —débilmente y con lentitud, mirando el suelo, alejó su mano para evitar seguir sintiendo el contacto.

Dolía.

Sentía como si en su pecho le hubieran abierto un hoyo que crecía a cada minuto que pasaba.

— No tienes la culpa de no sentir lo mismo Shin —agregó tras haber tragado duro, quizás conteniendo sus lágrimas. No quería preocupar al mayor, suficiente tenía con el reciente rompimiento.

— ¿Qué...?

— Desde el principio sabía que Takuya para ti era...

— Espera un minuto Yongseok —le interrumpió Shin desconcertado.

¿Por qué el menor había comenzado a...?

Como si de un foco se hubiera prendido en su mente, entendió que su disculpa había sido malentendida.

— Además es reciente tu rompimiento con Tak...

— ¡Deja de mencionar a Takuya! —alzó la voz Shin interrumpiendo sus palabras bastante nervioso por haberle causado, una vez más tristeza, aunque esta solo se trataba de un malentendido por parte de sus palabras— Lo siento, no quise alzarte la voz —se disculpó apenas en un pequeño susurro, estaba apenado por su desesperación en aclarar el asunto. Y armándose de valor, decidió tomar la mano de Yongseok entre las suyas para explicarle— Debo confesarte algo.

— Te escucho —el menor comenzó a propiciarle caricias con su dedo pulgar en su mano, quizás tratando de darle la confianza que le faltaba para hablar.

— Me he mentido a mí mismo todo este tiempo —comenzó a decir Shin mirándole fijamente— A veces, tu cabeza necesita más tiempo para aceptar lo que sabe tu corazón.

— ¿Qué?

— Yongseok, muchos meses antes de que empezara mi relación ya me sentía atraído por ti —confesó al fin Shin sintiéndose un poco más ligero— De alguna manera mis ojos se posaban en ti y notaba embelesado tu sonrisa, tus ojos, tu amabilidad, tus expresiones de enojo cuando algo no te sale bien, tu molestia cuando cometes algún error, tu manera coqueta de caminar, las venas en tus brazos y.... —tomó una bocanada de aire al haber hablado rápido de las algunas cualidades con la que el menor le había atrapado— El punto es que, tenía miedo porque en aquel momento no pasábamos tiempos juntos y conocíamos poco del otro.

— Shin en ese tiempo tú también me llamabas la atención y estaba interesado mucho en ti.

— Pero tú con el tiempo aceptaste lo que sentías Yongseok, yo no —molestó consigo mismo, sin poder evitarlo formó un puño en su mano libre intentando liberar su enojo— Fui cobarde. También me sentía atraído por Takuya y en vez de aclarar bien mis sentimientos decidí lanzarme al precipicio, llevándome conmigo a Takuya. Los lastimé a los dos.

— Shin cuando le confesé mis sentimientos por ti, también le pedí que te hiciera feliz —con un poco de miedo, Yongseok se armó de valor para tomar asiento a su lado y estar más de él— Él tuvo su oportunidad de tenerte, de brindarte una relación llena de confianza y cariño sin embargo a medida que pasaba el tiempo se descuidó y sus horarios comenzaron a ser más llenos, descuidándote.

— Lo sé, pero aun así lo herí mucho y ahora...

— Shhh —el dedo índice de Yongseok rozó sus labios interrumpiendo sus palabras, logrando que su corazón comenzara a latir desenfrenado al tiempo que sentía sonrojarse— Sé que no te culpa, él perdió la gran oportunidad de tenerte a su lado cuando no se esforzó en su relación y comenzó a alejarse de ti. Decidió dejarte ir para que seas feliz.

— ¿Escuchaste nuestra conversación? —dijo Shin apenas, aún con el dedo en sus labios al reconocer las palabras.

— Fue inevitable, había decidido por fin decirte mis sentimientos cuando estaba yendo a buscarte y escuché tus gritos en la habitación de Takuya.

Inevitablemente ambos habían comenzado a acercarse sin darse cuenta de sus actos mientras hablaban, Shin estaba nervioso al recién notar que ya no existía ningún dedo que obstruía la cercanía de sus rostros. Podía ver de cerca las finas pestañas del menor, como también apreciar los suaves que parecían sus labios mientras le observaba.

— Sé que no debería preguntar cuando hace poco acaban de romper —comenzó a decir Yongseok sacándolo de sus pensamientos, fijando su mirada en sus ojos para perderse en ellos— Pero necesito saberlo, por favor. ¿Qué sientes por mí ahora Shin?

— Yo... —el menor lo miraba conteniendo el aliento, esperando escuchar sus palabras. Cualquier que fuera su respuesta jamás dejaría de brindarle apoyo y su amistad, aunque eso implicara salir herido— Acabo de salir de una relación y no quiero lastimarte a ti también Yongseok.

— Shin, yo puedo....

— Pero tampoco puedo mentirte, no después de saberlo todo. Necesitas saberlo —interrumpió sus palabras con miedo, a Shin le aterraba volver a equivocarse nuevamente y herir más personas por su culpa. Sin embargo, no podía callar más lo que su cabeza le había prohibido sentir y decir por meses— Realmente me gustas. Y mucho. Pero tú me amas y yo... no sé si sea suficiente...

— Es todo lo que necesito por ahora Shin, confío en que si pasamos más tiempo juntos; como salir en citas tal vez al cine, un picnic nocturno en el río Han o quizás un paseo por las calles de Busan tomados de la mano para comer en algún restaurante que ofrezcan cenas privadas y.... —se detuvo al notar la sorpresa en sus ojos por escuchar sus planes. Con delicadeza apoyo una mano sobre el mentón de Shin acercándolo más a su rostro— Tengo tantos planes que quiero hacer solo contigo y prometo esforzarme cada día para merecerme tu amor. Entonces, ¿me quieres?

— Si. Quiero intentarlo —confesó en un susurro débil al sentirse embriagado por la colonia del menor y la cercanía que mantenían. Solo bastaba unos centímetros para que sus labios chocaran— Quiero cumplir todos tus planes y estar a tu lado. Te quiero Yongseok.

— Me gusta cómo suena de tu boca Shin —murmuró de manera lenta mientras acariciaba su mejilla izquierda— Pero más me gustaría poder robarte el aliento con un beso.

— Haz...

Yongseok entrecerró los ojos antes de rozar los labios contrarios, no quería apresurar el momento, sabiendo que aquello era sólo el principio.

Aquel primer toque fue mágico, poderoso, cardado de promesas e ilusiones acompañado de una electricidad que nunca antes había experimentado Shin con anterioridad. Más que besarse sus labios solo estaban reconociéndose a ese primer contacto, Yongseok no quería asustar al mayor, iría lento y despacio con sus muestras de afecto. Pasaría mucho tiempo con él, no lo dejaría solo y sobre todo le brindaría amor. ¡Mucho amor!

Finalmente, después de mucho tiempo esconderse en la sombra para observarlo, tenía a Shin entre sus brazos en un fuerte abrazo. No lo dejaría ir, se aferraría a él con garras si fuera necesario, peo más que nada lo haría feliz. Era su turno, era el momento de comenzar su historia de amor.

A unos metros de aquella sala donde había sonrisas tímidas, pequeños besos y manos entrelazadas, en una habitación Takuya se encontraba observando una vez más el color del techo en silencio, después de haber desahogado sus lágrimas había preferido quedarse solo cuando su compañero le ofreció salir a tomar un respiro y despejar su mente. Pensaba pasar todo el día en su cama durmiendo, sin embargo, cuando la puerta de la habitación se abrió se dio cuenta que aquello no podría hacer pues Sangmin entró dando saltos emocionado con su celular a mano.

— ¿Pasa algo? —preguntó estirando su cuello para observarle.

— Pues... —Sangmin dudo en informarle la notificación de Instagram que acaba de recibir en el móvil ajeno, después de todo quizás era muy pronto hablarle sobre citas— ¿Vamos a comer un helado?

— ¿Qué? ¡No!

— Oh, vamos. No seas así —insistió subiéndose a la cama para tomar la muñeca de Takuya y jalarlo— Un helado rico es lo que necesitas ahora y despejarte —zarandeó su mano insistiendo para convencerlo— ¿Vamos o te arrastro? Tú eliges.

— ¡Bien!

El japonés bajó de su cama para buscar un abrigo que ponerse y colocarse sus zapatos, Sangmin sonrió emocionado observando la pantalla del IPhone. Quizás el amor estaba por tocar la puerta de su amigo más antes de lo que ambos pensaban, y no estaba listo para ello. Sin embargo, estaría allí para ayudarle y darle unos empujones y golpes si fueran necesario. Después de todo, no siempre una chica linda pedía reunirse en un restaurante anexando su número telefónico.

Takuya no podía perder esa oportunidad, no cuando se trataba de Hani, en quien había estado interesado sentimentalmente hace muchos meses.

「 END 」

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