Recuerdo la primera vez que conocimos. ¡Qué manera única la tuya!
Aún siento las mejillas sonrojarse cada vez que ese recuerdo viene a mi mente, viéndome a mí mismo sorprendido y en shock, como si estuviera en un mundo paralelo donde pudiera ver todo como espectador.
- Entonces, un placer conocerte Kyuhyun -te dije aquella vez, con el libro sobre mis muslos sentado bajo la sombra de un árbol- Espero trabajemos muy bien juntos y podamos hacer amigos -sonreí lo más sincero que pude.
El trabajar con un nuevo alumno no era gratificante cuando el trabajo que haríamos valía más del 50% de la materia para vencerla. Te ofrecí mi mano cordialmente, en señal de que puedes contar conmigo y pueda recibir la misma ayuda de ti en el proyecto.
- Amigos -pronunciaste sonriendo antes de sentir tus labios sobre los míos, sonprendiéndome, dejándome congelado en aquel lugar al verte ir.
¡Me besaste el primer día que te conocí!
Apenas sabía tu nombre y me besaste. Ni siquiera sabía tu color favorito. ¿Rojo? ¿Azul? ¿Negro? Qué importaba, me besaste antes de que lo supiera.
Y si lo pienso ahora, el segundo... también se asemejaba, pero tú decías que tenía la culpa. ¿Cómo podría ser posible cuando...?
- Trate de dejar los libros donde corresponda Sr. Kim -escuché a la maestra decir, asintiendo nuevamente. Sabía perfectamente que cada libro de la biblioteca tenía que ser nuevamente colocado en su lugar, en la categoría que le correspondía- ¿Qué espera? Si tiene clases más tarde no le dará tiempo antes de que termine su receso.
Con un sonoro si, salí de su oficina. Aquello me pasaba por ser el último en salir del aula. Todo por culpa de mi mochila y dinero, si no lo encontraba no sabría con que pagar mi merienda en la cafetería.
- Dudo que me dé tiempo de comer -murmuré molesto, mirando apenas por encima de los libros. Eran tantos que apenas podía divisar el pasillo que debía recorrer para llegar a mi destino.
Vi las canchas cerca, al final de pasillo, girando mi rumbo para de una vez terminar con aquella molestosa tarea que me dió la profesora de física. Giré sobre mis talones, sosteniendo fuertemente los libros para que no se me cayeran, viendo el último resbalarse entre los demás.
- Oh, no, no...
- Ten cuida...
Muy tarde, choqué contra alguien antes de que pudiera escuchar su advertencia, tirando todos los libros al aire, mientras mis pies perdieron el equilibrio para caer encima de un cuerpo, quien recibió todo el golpe por mi culpa.
- Aish, eso debió doler -murmuré intentando abrir levemente los ojos, algunos libros habían caído sobre mi espalda, y debo decir que no eran los livianos.
- Pero que lanzado me resultaste -escuché una voz decir cerca de mí, abriendo mis ojos ante la curiosidad de sus palabras- Hola.
- ¿Ky..? -su nombre murió en mis labios antes de que pudiese pronunciarlo, abriendo los ojos ante aquel atrevimiento nuevamente, ¡me estaba besando otra vez!
Sin embargo, esta vez antes de que pudiese empujar con mis manos en su pecho, se separó, aún con los ojos cerrados me sonrió. Rápidamente me levante, mirando los libros en el suelo.
- Nos vemos después -pronunciaste, tu mano derecha limpió tu labio inferior mientras sonreías. ¿Aquello era...? Te vi irte ante la mirada de todos, los murmullos no se hicieron esperar.
- Oh no... -murmuré al sentir mis labios húmedos. Solo unas palabras rondaban mi mente esa mañana. ¡Robaste mi segundo beso también!
Y pensar que me había mentalizado, hechizado, como quieran llamarle, para borrar aquel primer recuerdo tuyo y obtener otro... ¡con toda la escuela de público VIP!
Ni que decir que al final del día caí en cuenta que aquel gesto tuyo de limpiarte los labios había sido porque... hasta me da verguenza recordar lo tonto e ignorante por aquel hecho... ¡Maldita sea, me besaste con lengua incluida!
Mis mejillas se sonrojan ante eso, ¡¿cómo pude ser tan estúpido para no notar que los segundos que sentí fueron minutos con muchos viéndonos en el suelo siendo invadida mi boca por la tuya!?
No sólo tenías que robarme mi primer beso cuando nos conocimos, sino que el segundo tuvo que ser apenas supiera tu color favorito, miedos y algunas cuantas manías que pude analizar al trabajar juntos en mi casa. ¡Pero ese no era el punto, me volviste a besar!
- RyeoWook, ¿qué tanto piensas? -escuché su voz detrás de mí, un poco lejana.
- No molestes Kyuhyun, estoy en un stress psicológico en este momento -¿psicológico? Vaya manera de decir la mía, estaba en un ataque frustrado perdido entre tantos pensamientos, las hebras de mis cabellos eran testigo de ello y maltratados con mis dedos ante mi ansiedad.
- ¿Pensando nuevamente en tu primer beso?
- ¡Yah, te he dicho que..! -mis palabras se callaron al verlo tan cerca, podía sentir su respiración. Sus labios rozaron los míos producto del giro veloz que di para verle. ¿En qué momento se había sentado a mi lado y sin que me diera cuenta?
- Prepárate para el tercero -soltaste sonriendo.
- Espera, ¿qu..?
¡Al demonio!
Nuevamente había atacado mis labios. ¡Besándome!
Sólo que esta vez, yo participaba en el acto, subiendo mis brazos a su cuello, rodeándole.
Muchos dicen que el primer beso robado puede enamorar. Otros comentan que el segundo es prueba de al ser besado sorpresivamente puedes rechazarlo.
Sin embargo, el tercero es muy diferente... porque mientras en el primero tus labios se sienten duros como una pared debido a la sorpresa, en el segundo usas tus manos deteniendo el movimiento antes de que los primeros tres segundos pasen.. pero el tercero es la unión de dos labios que se encuentran y reconocen, uniéndose en una danza sin fin, mucho más cuando mi cuerpo ya se acostumbró a la rudeza de los movimientos y mis labios ya se han acostumbrado a la suavidad de los contrarios, enamorándose de su sabor y sentir.
Así que hipotéticamente se podría decir que me he enamorado de Cho Kyuhyun, aquel desconocido que me robó mi primer beso y me enamoró con el tercero.
Aún siento las mejillas sonrojarse cada vez que ese recuerdo viene a mi mente, viéndome a mí mismo sorprendido y en shock, como si estuviera en un mundo paralelo donde pudiera ver todo como espectador.
- Entonces, un placer conocerte Kyuhyun -te dije aquella vez, con el libro sobre mis muslos sentado bajo la sombra de un árbol- Espero trabajemos muy bien juntos y podamos hacer amigos -sonreí lo más sincero que pude.
El trabajar con un nuevo alumno no era gratificante cuando el trabajo que haríamos valía más del 50% de la materia para vencerla. Te ofrecí mi mano cordialmente, en señal de que puedes contar conmigo y pueda recibir la misma ayuda de ti en el proyecto.
- Amigos -pronunciaste sonriendo antes de sentir tus labios sobre los míos, sonprendiéndome, dejándome congelado en aquel lugar al verte ir.
¡Me besaste el primer día que te conocí!
Apenas sabía tu nombre y me besaste. Ni siquiera sabía tu color favorito. ¿Rojo? ¿Azul? ¿Negro? Qué importaba, me besaste antes de que lo supiera.
Y si lo pienso ahora, el segundo... también se asemejaba, pero tú decías que tenía la culpa. ¿Cómo podría ser posible cuando...?
- Trate de dejar los libros donde corresponda Sr. Kim -escuché a la maestra decir, asintiendo nuevamente. Sabía perfectamente que cada libro de la biblioteca tenía que ser nuevamente colocado en su lugar, en la categoría que le correspondía- ¿Qué espera? Si tiene clases más tarde no le dará tiempo antes de que termine su receso.
Con un sonoro si, salí de su oficina. Aquello me pasaba por ser el último en salir del aula. Todo por culpa de mi mochila y dinero, si no lo encontraba no sabría con que pagar mi merienda en la cafetería.
- Dudo que me dé tiempo de comer -murmuré molesto, mirando apenas por encima de los libros. Eran tantos que apenas podía divisar el pasillo que debía recorrer para llegar a mi destino.
Vi las canchas cerca, al final de pasillo, girando mi rumbo para de una vez terminar con aquella molestosa tarea que me dió la profesora de física. Giré sobre mis talones, sosteniendo fuertemente los libros para que no se me cayeran, viendo el último resbalarse entre los demás.
- Oh, no, no...
- Ten cuida...
Muy tarde, choqué contra alguien antes de que pudiera escuchar su advertencia, tirando todos los libros al aire, mientras mis pies perdieron el equilibrio para caer encima de un cuerpo, quien recibió todo el golpe por mi culpa.
- Aish, eso debió doler -murmuré intentando abrir levemente los ojos, algunos libros habían caído sobre mi espalda, y debo decir que no eran los livianos.
- Pero que lanzado me resultaste -escuché una voz decir cerca de mí, abriendo mis ojos ante la curiosidad de sus palabras- Hola.
- ¿Ky..? -su nombre murió en mis labios antes de que pudiese pronunciarlo, abriendo los ojos ante aquel atrevimiento nuevamente, ¡me estaba besando otra vez!
Sin embargo, esta vez antes de que pudiese empujar con mis manos en su pecho, se separó, aún con los ojos cerrados me sonrió. Rápidamente me levante, mirando los libros en el suelo.
- Nos vemos después -pronunciaste, tu mano derecha limpió tu labio inferior mientras sonreías. ¿Aquello era...? Te vi irte ante la mirada de todos, los murmullos no se hicieron esperar.
- Oh no... -murmuré al sentir mis labios húmedos. Solo unas palabras rondaban mi mente esa mañana. ¡Robaste mi segundo beso también!
Y pensar que me había mentalizado, hechizado, como quieran llamarle, para borrar aquel primer recuerdo tuyo y obtener otro... ¡con toda la escuela de público VIP!
Ni que decir que al final del día caí en cuenta que aquel gesto tuyo de limpiarte los labios había sido porque... hasta me da verguenza recordar lo tonto e ignorante por aquel hecho... ¡Maldita sea, me besaste con lengua incluida!
Mis mejillas se sonrojan ante eso, ¡¿cómo pude ser tan estúpido para no notar que los segundos que sentí fueron minutos con muchos viéndonos en el suelo siendo invadida mi boca por la tuya!?
No sólo tenías que robarme mi primer beso cuando nos conocimos, sino que el segundo tuvo que ser apenas supiera tu color favorito, miedos y algunas cuantas manías que pude analizar al trabajar juntos en mi casa. ¡Pero ese no era el punto, me volviste a besar!
- RyeoWook, ¿qué tanto piensas? -escuché su voz detrás de mí, un poco lejana.
- No molestes Kyuhyun, estoy en un stress psicológico en este momento -¿psicológico? Vaya manera de decir la mía, estaba en un ataque frustrado perdido entre tantos pensamientos, las hebras de mis cabellos eran testigo de ello y maltratados con mis dedos ante mi ansiedad.
- ¿Pensando nuevamente en tu primer beso?
- ¡Yah, te he dicho que..! -mis palabras se callaron al verlo tan cerca, podía sentir su respiración. Sus labios rozaron los míos producto del giro veloz que di para verle. ¿En qué momento se había sentado a mi lado y sin que me diera cuenta?
- Prepárate para el tercero -soltaste sonriendo.
- Espera, ¿qu..?
¡Al demonio!
Nuevamente había atacado mis labios. ¡Besándome!
Sólo que esta vez, yo participaba en el acto, subiendo mis brazos a su cuello, rodeándole.
Muchos dicen que el primer beso robado puede enamorar. Otros comentan que el segundo es prueba de al ser besado sorpresivamente puedes rechazarlo.
Sin embargo, el tercero es muy diferente... porque mientras en el primero tus labios se sienten duros como una pared debido a la sorpresa, en el segundo usas tus manos deteniendo el movimiento antes de que los primeros tres segundos pasen.. pero el tercero es la unión de dos labios que se encuentran y reconocen, uniéndose en una danza sin fin, mucho más cuando mi cuerpo ya se acostumbró a la rudeza de los movimientos y mis labios ya se han acostumbrado a la suavidad de los contrarios, enamorándose de su sabor y sentir.
Así que hipotéticamente se podría decir que me he enamorado de Cho Kyuhyun, aquel desconocido que me robó mi primer beso y me enamoró con el tercero.